La imagen de la “Inmaculada Concepción” es una obra anónima, adscribible a los talleres sevillanos de escultura de la primera mitad del s. XVII. Recibe culto en un retablo de la misma fecha situado en la cabecera de la nave del evangelio de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Granada de Guillena.

Sobre el origen de la imagen, sabemos de la existencia en Guillena de una cofradía titulada de “Nuestra Señora de la Concepción”, que ya en el siglo XVIII estaba fusionada con la Hermandad Sacramental [1]. En opinión del Historiador del Arte Juan Antonio Silva Fernández, esta corporación debió de ser quien encargase la imagen, explicándose así la inexistencia de datos en el Archivo Parroquial, donde no aparece ninguna otra referencia sobre esta hermandad, el encargo de la imagen o del retablo. También sabemos que antaño llegó a procesionar -costumbre reestablecida hace unos años al incorporarla a la procesión del Corpus Christi- al recogerse en el Inventario Parroquial el dato “faldones para el paso de la Patrona, para la Purísima…”  [2].

En el inventario parroquial de 1960 se subraya su valía artística al destacar que es “de gran importancia” [3] y se indica que la misma “fue restaurada recientemente por el escultor citado ya otras veces” [4], en alusión al escultor alcalareño Manuel Pineda Calderón quien trabajó asiduamente en el citado templo a mediados del s. XX.

En 2010, el investigador Juan Carlos Pérez Morales la “emparenta” con obras documentadas del escultor cordobés Juan de Mesa y Velasco (Córdoba 1583 – Sevilla 1627) como la Virgen Asumpta de la Parroquia de la Magdalena de Sevilla o la Virgen de las Angustias de Córdoba, a las que suma “la sevillana de Montserrat” [5]. Se apoya “tanto en su examen directo como en una instantánea conservada en los fondos de la Fototeca del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla de 1948” [6] , reconociendo él mismo que dicho análisis se realiza “con las limitaciones propias que una hechura de estas características nos procura” [7] .

Intervenida la imagen por la empresa GESTIONARTE entre los meses de mayo a agosto de 2017 [8] , el informe técnico emitido ahonda en dicha hipótesis si bien, dado lo atrevido que supone la adscripción al maestro sin una documentación fehaciente que lo corrobore o datos que lo certifiquen sin género de dudas, se limita a otorgarle la categoría de obra del taller, eso sí, en grado de calidad destacable, ya sea con participación o no del maestro cordobés.