ALTERACIONES

Las principales alteraciones que podemos observar hoy día en el retablo se localizan a distintos niveles. A nivel superficial se percibe una importante acumulación de depósitos superficiales, sobre todo de polvo, y en menor medida de cera, que conjuntamente con la oxidación de los barnices y patinados presentes, enmascaran su superficie e impide contemplar su magnífica policromía. Se detectan también lagunas perceptibles a simple vista en donde se ha perdido parte de la policromía y alcanzan los estratos de preparación. A nivel de soporte destacan algunas faltas puntuales de materia como el caso concreto de la tercera falange y parte de la segunda del dedo meñique y separaciones en las distintas piezas que lo conforman, siendo ésta muy evidente en el abdomen del Cristo. El altar sin embargo, presenta numerosas alteraciones relacionadas con la parte constructiva de la obra, hallándose zonas desplomadas, con pérdida de aplicaciones, desensamblado y separación de piezas. Se observan también diseminados algunos agujeros característicos del habitual ataque de xilófagos; así como fisuras en determinadas piezas.

A modo de colofón decir que en este retablo el actual estado de conservación viene determinado en gran medida por su propia historia material, consecuencia de las modificaciones y transformaciones sufridas; así como por la usencia de un plan conservativo, elaborado y ejecutado por especialistas en la materia, que contribuya a su buena conservación.