Las restauraciones existentes en este retablo tanto las más antiguas en el tiempo, como las más recientes, han tenido una clara intencionalidad reparadora y estética en la que no se ha considerado en ningún momento de su historia material abordar los tratamientos conservativos que demanda, sobre todo su soporte. Destacan como recurrentes los repintes de las lagunas existentes; sobre todo, en las uniones de piezas con objeto de integrar y mimetizar las pérdidas de color, desbordando ampliamente sus márgenes y los sucesivos barnizados o patinado de ciertas áreas del retablo o, de su conjunto mediante la aplicación de barnices para refrescar los tonos y/o o de pátinas locales para enmascarar daños.

A estas acciones, se unen las más recientes encaminadas a mejorar la estética del retablo a partir de su limpieza, mediante una serie de pruebas previas a este tratamiento repartidas por toda la superficie. Estas catas han derivado en pruebas de mayor tamaño realizado en partes vitales de la obra, sobre todo en las encarnaciones de ciertos rostros, produciendo importantes desgastes y barridos en ellas y acumulaciones de barnices fruto de los disolventes empleados en esta operación. También en esta misma línea se ha podido observar un ensayo de reintegración de lagunas, realizados con la técnica del rigatino, en una de las tarjas superiores del intradós abocinado.

Los detalles seleccionados (snapshots) nos muestran claramente la entidad de estas acciones y su incidencia en su estado conservativo:

I-1. Cuarteados de edad o de envejecimiento

I-2. descolgamiento de barnices

I-3. desgastes y barridos en policromía

I-4. PatinadosI-5. Pruebas de limpieza

I-6. Reintegración rigattino

I-7a. Remoción selectiva del barniz.

I-7b. Remoción selectiva del barniz.

I-7c. Remoción selectiva del barniz.

I-8a. Repintes policromíaI-

8b. Repintes policromíaI-

9. Repintes doradoI-

10. Sujeción de elementos